Identifican al asesino del alcalde de Uruapan
Identifican al presunto asesino del alcalde de Uruapan: un joven de 17 años originario de Paracho. El caso exhibe vulnerabilidad, reclutamiento y crimen organizado.
Durante la noche del 1 de noviembre, en plenas celebraciones del Día de Muertos, el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, fue asesinado a balazos minutos después de inaugurar un evento en la plaza principal del municipio. Uno de los atacantes fue abatido y otros dos fueron detenidos en el lugar.
El fiscal de Michoacán, Carlos Torres Piña, confirmó que el presunto asesino del alcalde fue identificado como Víctor Manuel Uvaldo Vidales, de 17 años, originario de Paracho, Michoacán. Según la Fiscalía, participó junto con “más de dos personas” con presuntos vínculos a la delincuencia organizada.

“Se logró identificarlo, tenía 17 años y era originario de Paracho”, declaró el fiscal ante medios de comunicación.
Familiares del joven aseguraron que era adicto al cristal y que había desaparecido de su casa una semana antes del crimen. Esta versión abre un panorama de vulnerabilidad: un menor, adicciones, posible manipulación y reclutamiento por parte del crimen organizado. Sin embargo, aún no hay pruebas públicas que confirmen cómo se involucró ni qué grupo lo utilizó.
El hecho plantea varias preguntas: ¿qué clase de delincuencia organizada recluta a un adolescente para asesinar a un alcalde? ¿Fue manipulado, amenazado o reclutado por necesidad? La historia de Víctor Manuel refleja la descomposición de muchas regiones del país, donde la pobreza y la adicción se convierten en puerta de entrada para el crimen.
El asesinato de un presidente municipal que pedía apoyo para frenar la violencia, ocurrido en un evento público, refleja el grado de impunidad y la falta de control institucional. Además, que el supuesto autor haya muerto durante el ataque deja un vacío judicial: no habrá juicio, no habrá defensa ni verdad plena.
Aún falta confirmar la identidad oficial mediante pruebas periciales, conocer los nombres de los otros implicados y saber qué medidas se tomarán para evitar más ataques contra autoridades locales. También urge revisar el reclutamiento de jóvenes en estructuras criminales, un fenómeno que crece en silencio.
Un alcalde que desafió al crimen fue asesinado en público. Un joven de 17 años fue señalado como su verdugo. Y detrás, una red criminal que sigue sin rostro.
Porque mientras los culpables reales no aparezcan, la violencia seguirá pareciendo costumbre.