Desde Lincoln’s Inn Fields: las medias verdades en la compra de Iberdrola


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Con bombo y platillo el presidente de la república anunció lo que él llamó una “segunda nacionalización de la industria eléctrica” y válgame con semejante expresión. Ya en el quinto año de gobierno no es de extrañar que Andrés Manuel viva en la ensoñación del siglo XIX y XX para insertar su gobierno en locuacidades donde se equiparan con Benito Juárez, Lázaro Cárdenas o Adolfo López Mateos. En su sueño, donde amanece en el México del segundo imperio, el matiz en sus anuncios ya es costumbre.

Lo que tampoco deja de ser costumbre son las medias verdades detrás de sus decisiones. Con la supuesta segunda nacionalización el gobierno federal posicionaría a la Comisión Federal de Electricidad como el principal generador de energía eléctrica, continuando su legado retroactivo de reconstruir los monopolios estatales en pleno siglo XXI.

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Aunque el presidente adjudica para su gobierno la –victoria– ideática, lo cierto es que la adquisición de las plantas de Iberdrola no rozan formalmente la estructura de CFE, ni son un movimiento financiero ejercido directamente por el gobierno. Entre diversas lecturas especializadas sobre lo que este evento implica, quiero sintetizar los hechos más relevantes de esta noticia:

1.- El porcentaje de generación de la CFE aumentará a un 55%.

Falso: el porcentaje actual del 40% ya contabiliza lo que al menos diez de estas plantas generan, porque operan bajo la figura de Productor Independiente de Energía (PIE) que está obligado por ley a entregar el cien por ciento de la energía que generan a la CFE.

2.- Las plantas y su producción se agregan al patrimonio de la CFE.

Falso: esta transacción se realiza a través de la empresa Mexico Infrastructure Partners, una entidad privada que funge a manera de fideicomiso en el cual hay participación de capital público mediante el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN).

3.- La CFE y el gobierno federal operaron una maniobra financiera en beneficio del Estado mexicano.

Falso: nuevamente el matiz del relato nacionalista sobreponiéndose a los hechos. La transacción es entre entes privados e incluso, por involucrar una probable concentración del mercado eléctrico, pudiera involucrarse la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) para autorizar la adquisición (aquí es cuando recordamos el valor y necesidad de la autonomía de los organismos regulatorios que prevengan monopolios improductivos tanto públicos como privados).

4.- La Iberdrola que fue cuestionada por sumar al expresidente Calderón como asesor, ahora engalana un acto de gobierno de Andrés Manuel.

Cierto: recordemos que en 2016 la empresa Avangrid, filial de Iberdrola, agregó a Felipe Calderón a su consejo de administración. En ese entonces Andrés Manuel declaró que “Iberdrola mandaba y tenía subordinada a una empresa pública histórica. Para mostrar que mandan se llevaron a trabajar a su empresa al presidente de México, Felipe Calderón” (agosto de 2022). Cómo cambian las cosas para que en 2023 sea motivo de orgullo que la Presidencia publique una foto con el titular de Iberola, Ignacio Galán, secundando las medias verdades del gobierno actual.

5.- Quien quiera que sea, alguien en México pagará $6,000 millones de dólares a Iberdrola; mientras que al día siguiente la misma empresa anuncia que invertirá $5,800 millones de dólares en Brasil.

Probable: el refrán dice, “piensa mal y acertarás”. El dinero mexicano para adquirir estas plantas se va a Brasil en un monto casi idéntico, ¿coincidencia? Lo cierto es que en momentos de un desempeño económico mediocre, tirándole a miserable, recibir inversión es mucho mejor a dilapidar recursos.

6.- Los protagonistas de la noticia declaran que esta compra es una apuesta por las energías renovables.

Falso: la mayoría de estas plantas son de generación de ciclo combinado (gas), un insumo que el gobierno federal también se ha encargado de controlar e incluso comercializar. Si pensamos en los métodos de extracción, almacenamiento y literalmente, combustión del energético para generar electricidad, no encontraremos rastro alguno de sustentabilidad. Sólo la necedad de restablecer los monopolios estatales de hace un siglo.

7.- Somos testigos de una segunda nacionalización de la industria eléctrica.

Dios nos guarde ante una respuesta obvia. En nada se parece al evento ocurrido el 27 de septiembre de 1960 contra la empresa canadiense Mexican Light and Power Co. en sus oficinas de la calzada Melchor Ocampo (Distrito Federal). Lo que el Estado posrevolucionario necesitaba para fortalecer su hegemonía y quizá la soberanía que en ese entonces se necesitaba, fue un hecho histórico bajo condiciones completamente diferentes a los disparates del México de hoy.

Incluso, si fuera el caso, la misma experiencia nos muestra lo que pasó décadas después de la nacionalización eléctrica cuando las decisiones económicas se manejan por la política mexicana. La Compañía de Luz y Fuerza que sucedió a la Mexican Light and Power Co. y dentro de la cual surgió el infame Sindicato Mexicano de Electricistas se volvieron una rémora del sector energético. Razón por la que en 2009 merecieron la extinción tras haberse anquilosado en un monopolio público, improductivo, incompetente y mórbidamente corrupto.

Varias son las hebras que podríamos seguir deshilachando del tema, pero dejemos por ahora que el curso de los hechos marque el ritmo en que se irán conociendo. Pero de ahí a que se esté recuperando una soberanía en un sector estratégico como lo es la energía, estamos muy alejado de cualquier trazo de verdad.

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Post scriptum: mucho éxito a mis colegas del Estado de México que en estas elecciones compiten contra un aparato de Estado que queda exhibido desde su candidata misma. El oficialismo va para abajo porque es impresentable y rehúye a lo que ponga de manifiesto su incapacidad para gobernar a los mexiquenses. Manténganse firmes, sigan valientes.

Post scriptum secundus: atención porque ya vienen los inmovilizadores (arañas) a Guadalajara y se agota el tiempo de los conductores necios, negligentes e influyentes que se sienten intocables en la aplicación del reglamento de movilidad. Nos veremos pronto en las calles.

Rodrigo Mariaud

Twitter: @RodrigoMariaud

Maestro politólogo egresado de la Universidad Iberoamericana, chilango de origen y jefe de la Unidad de Socialización y Calidad de Vida – Coordinación General de Gestión Integral de la Ciudad – Gobierno de Guadalajara


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