Hoy nos toca… hablar de constitucionalidad


Por Jesús Francisco Ramírez Bañuelos

@ramirezbanuelos

¿Qué significa que algo sea constitucional?

Un hecho público o privado. Una ley o una decisión de alguna autoridad administrativa o judicial es constitucional si y solo si es acorde a la constitución. En otras palabras, que no contradiga el texto o el sentido que protege la constitución.

¿Y por qué es importante que los actos de los particulares o de las autoridades sean constitucionales?

Fundamentalmente porque la constitución es la estructura básica de nuestra sociedad. Sin ella, simplemente reinaría el caos y la ley del más poderoso sobre el más débil.

¿Qué significa entonces que la constitución sea el parámetro para juzgar los actos públicos o privados?

Sencillamente que tenemos un mínimo de reglas y valores (principios) protegidos. La constitución es el piso que se nos garantiza a todos.

Estas consideraciones vienen al caso por la decisión de ayer de la Suprema Corte de invalidar la primera parte del plan B y sobre todo derivado de las reacciones oficialistas y opositoras a esa decisión.

Lo qué pasó ayer en la Corte es lo que tenía que pasar. Me explico. La Corte hizo su trabajo, ni más, ni menos de lo que se le exige. Cada una y cada uno de las y los ministros expresaron sus argumentos y emitieron su voto. Al final, la mayoría calificada requerida (al menos 8 votos de 11 posibles) determinó que las leyes estudiadas no son constitucionales: ¿por qué? Pues porque no respetan la constitución.

No debe sorprendernos, tampoco considerarlo un acto de heroísmo ni mucho menos de traición lo sucedido ayer en la Corte. Nuestro sistema de gobierno es una democracia con pesos y contrapesos para evitar que un poder predomine sobre otro, a pesar del diseño presidencialista de nuestra forma de gobierno.

Los 3 poderes se auto regulan y también se regulan recíprocamente. Esta es la constitucionalidad de nuestra vida democrática. Cuando esto se rompe, entonces es momento de hacer un alto y defender no a la Corte, ni al senado, ni al presidente sino a la República.


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Francisco Ramírez Bañuelos
Abogado y maestro en Gestión de Servicios Públicos en Ambientes Virtuales por la Universidad de Guadalajara. Master en Derecho Penal Internacional por la Universidad de Granada. M2 en Historia del pensamiento jurídico contemporáneo por la Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne. LLM en Derecho Internacional y Comparado por el Trinity College Dublin.

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