En medio de críticas y acusaciones de opacidad, el Tribunal Electoral del Estado de Jalisco (Triejal) celebró hoy una sesión pública a puerta cerrada, impidiendo el acceso tanto a Chema Martínez, dirigente de Morena en el estado, como a representantes de los medios de comunicación.
La sesión, que abordó la posible repetición de las elecciones en Guadalajara y otras partes del estado, se desarrolló bajo un fuerte resguardo policial, lo que ha generado acusaciones de represión y favoritismo hacia el partido Movimiento Ciudadano (MC).
Desde tempranas horas, el tribunal amaneció rodeado de vallas y con la presencia de la policía estatal, bajo la dirección del gobernador Enrique Alfaro, lo que impidió la entrada al público, incluidos aquellos directamente involucrados en los temas a tratar. A pesar de que se trataba de una sesión pública, Chema Martínez y otros ciudadanos fueron rechazados en su intento de ingresar para ser testigos de las deliberaciones.
Martínez, también diputado local, expresó su indignación ante lo que calificó como un “albazo” y criticó duramente la supuesta complicidad entre el tribunal y el gobierno estatal. “Es muy lamentable, todas las sesiones son públicas, y esto tampoco fue la excepción. El tema es que fue un albazo y no nos han permitido entrar”, declaró.
El líder morenista también recordó las recientes declaraciones del presidente de MC, quien había anticipado que el tribunal fallaría a favor de su partido, evitando la repetición de las elecciones en Guadalajara. Martínez aseguró que el magistrado Tomás Vargas, a quien acusó de ser un “empleado” del gobernador Alfaro, manipuló el proceso para asegurar un resultado favorable a Movimiento Ciudadano.
A pesar de este resultado adverso, Chema Martínez afirmó que Morena continuará impugnando las elecciones ante instancias superiores, como la sala regional y la sala superior del tribunal electoral, con el objetivo de anular los comicios en Guadalajara debido a las múltiples irregularidades registradas durante el proceso electoral.
“Ya sabíamos que Tomás Vargas Suárez es empleado de Enrique Alfaro, pero no al grado de impedir el acceso a los medios de comunicación y también a ciudadanos. Esto es muy lamentable para Jalisco y para la democracia”, concluyó Martínez.