La Cámara de Diputados de México aprobó este jueves una reforma constitucional que transfiere el mando total de la Guardia Nacional al Ejército, con 362 votos a favor, 133 en contra y cero abstenciones. El proyecto ahora se enviará al Senado, donde se espera su ratificación la próxima semana, justo antes del cambio de Gobierno entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien asumirá el 1 de octubre.
Este avance legislativo representa uno de los últimos logros del mandatario, gracias a la sólida mayoría que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) obtuvo en las elecciones del 2 de junio. La Guardia Nacional, creada en 2019 con más de 100,000 efectivos bajo la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, había operado con un mando militar limitado hasta 2024, período que fue extendido a 2028 por reformas previas.
La propuesta de reforma, enviada en febrero, generó controversia por su enfoque en la militarización del cuerpo de seguridad. Entre sus cambios, se modifican 12 artículos de la Constitución, se elimina la Policía Federal y se restringe la participación de sus exintegrantes en la Guardia Nacional a funciones administrativas.
Además, la reforma asegura la integración automática de personal militar a la Guardia Nacional y establece que la Secretaría de la Defensa Nacional será responsable del presupuesto, la capacitación y las operaciones del cuerpo. Un aspecto polémico de la legislación estipula que los militares en la Guardia Nacional solo podrán ser juzgados por Tribunales de Justicia Militar por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones de seguridad pública.