Argentina / Miercoles 12 de marzo del 2025.- Buenos Aires. Una salvaje represión contra una marcha pacifica de jubilados en la capital, apoyados solidariamente por los clubes de barrio e hinchas de los cuadros de fútbol, y organizaciones sociales que los acompañaban terminó con un herido muy grave, el reportero gráfico independiente Pablo Grillo, decenas de lesionados, muchos hospitalizados, entre ellos una mujer con un impacto en la cabeza, y los detenidos superan los 120, en una cifra denunciada por el Centro de Estudios Legales y Sociales como “hasta ahora”.

Foto Xinhua, Durante cuatro horas seguidas sin pausa alguna hubo disparos de gases pimienta, balas de gomas y de carros hidrantes a cargo de cinco fuerzas de seguridad enviadas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Al cierre de esta edición, continuaban la cacería de personas, pero también cacerolazos en varios barrios, así como marchas espontáneas por la calle Corrientes hacia la zona del Cabildo con lo cual se esperaba una noche muy difícil.
La indignación ha despertado a la sociedad, a pesar de las mentiras del poderoso monopolio del grupo Clarín que acusó a “barras bravas, la Cámpora, la izquierda, el zurdaje”, como le dice el gobierno del ultraderechista Javier Milei a los militantes de izquierda incluyendo a todos los que se le oponen.

Foto Afp, La represión comenzó cuando aún marchaban sólo los jubilados -que rechazan los recortes a sus pensiones y las medidas económicas de Milei, como lo hacen todos los miércoles- y se extendió contra los manifestantes que intentaban llegar a la Plaza de los Dos Congresos. Se sumaron los clubes de barrio integrados por fanáticos de Boca Juniors, River Plate, y otros equipos de primera y segunda división, sindicalistas de la Confederación General Trabajo, de la Central de Trabajadores Argentinos y otros sectores, para no dejarlos solos.
Bullrich envió a la Policía Federal y de la Ciudad, Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria y la temible motorizada. Las imágenes son impactantes, como la de una jubilada que fue golpeada y arrojada al suelo, produciendo una herida cortante en la cabeza, o la de un jubilado que llorando le pedía a Milei: “deje de matarnos, deje de golpearnos, somos jubilados. Basta de violencia contra los ancianos, recordando que podrían ser sus padres”.
Destacaban los manifestantes que decían “no tenemos, ni un arma sino un cartel donde figuran nuestros pedidos, porque ya es imposible vivir con 290 mil pesos y esto saben bien que impide comprar alimentos y remedios que nos quitaron condenándonos a muerte, porque nos consideran material de descarte”.
Andrea, jubilada, recordó que un tanque de gas cuesta “lo que es el salario nuestro”, y consideró que el dinero gastado en semejante movilización de las fuerzas de seguridad, pudo ser enviado para ayudar a los damnificados de Bahía Blanca, donde aún hay pueblos apenas emergiendo de las aguas, tras el temporal del fin de semana.
Milei fue a Bahía Blanca y recorrió algunos barrios, ante las críticas por su silencio durante los días más difíciles. Anunció que mandaría 200 mil millones de pesos (unos 187.6 millones de dólares) para la reconstrucción.
En tanto Bullrich, en declaraciones a la prensa, se refirió al joven Grillo, gravemente herido en la cabeza, quien caracterizó como “un detenido”, y sostuvo que era kirchnerista y trabajaba en la municipalidad de Lanús, lo que es falso, como si la identificación política de alguien justificara la barbarie oficial.
Grilllo fue operado pero su pronóstico es muy grave. Además la ministra dijo que su ministerio tiene las fotografías de todas las caras de los hinchas que protestaron para prohibirles entre otras medidas entrar a los estadios. Esas fotos indican que se admite abiertamente el espionaje ilegal.
Antes de la movilización, policías subieron a los trenes, y bajaron a quienes llevaban camisetas de sus equipos de futbol. También detuvieron autobuses de pasajeros para hacer lo mismo, lo que es ilegal.
Así decenas de miles de manifestantes no pudieron llegar al Congreso, pero los que lograron acercarse fueron gaseados y golpeados, y se reagruparon para ir hacia la Plaza de Mayo. La orden fue que la Gendarmería rodeara la Casa Rosada y la histórica plaza.
A esto se suman las operaciones de provocación que plantaron las fuerzas de seguridad entre otras, la instalación de grupos de policías de civil que aguardaban en las calles que llevan al Congreso, y que junto a uniformados armados hasta los dientes impedían el paso de los manifestantes.
Entre los detenidos figuran personas que no tenían nada que ver con la protesta, entre ellos el sacerdote Paco Olivera, de la opción por los pobres que tiene aquí el papa Francisco.
Las fuerzas de seguridad al mando de Bullrich emplearon un protocolo que tiene todos los elementos de las formas de represión de masas que aplican los organismos de seguridad israelíes, que han “asesorado” a los locales.
Los heridos y detenidos estaban incomunicados y se les impedía ver a sus familias y abogados.
“Un gobierno al que se le multiplican las urgencias responde redoblando la represión. La convocatoria multisectorial que de forma espontánea fue organizándose alrededor de la marcha semanal de jubilados frente al Congreso de la Nación, en réplica a la violencia policial ejercida contra esa misma protesta” en los últimos tiempos lo que significa “más violencia y castigos arbitrarios y por afuera de la ley. Es el único lenguaje que habla” el gobierno, sostiene al analista Nicolás Llanto en El Destape.
Considera que “todos pasamos a ser potencialmente criminales o, mejor dicho, todos podemos recibir ese tratamiento, sin garantías procesales ni juicio previo. A los criminales les corresponde el castigo de “cárcel o bala”.
En estas horas se recordaron frases de Armando Maradona en defensa de los jubilados: “Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados. A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza”, dijo el astro del futbol en 1992.
La Jornada