Drogadicción entre jóvenes y acoso del crimen pegan a Jalisco

La población joven de Jalisco no muestra interés por el trabajo en el campo y prefieren, entre otras opciones, migrar a Estados Unidos. Foto Cuartoscuro/Archivo


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Mexico / Jueves 10 de abril del 2025.- Guadalajara, Jal. El sexagenario Felipe Gálvez, recio todavía para comandar sus parcelas en Tizapán El Alto, junto al lago de Chapala, donde cultiva berries, tiene muy claro que a los jóvenes ya no les interesa el campo y prefieren, entre otras opciones, migrar a Estados Unidos como él mismo lo hizo durante tres o cuatro años en sus mocedades.“Sí, hay algunos de ellos que trabajan la tierra pero son muy pocos, los muchachos de ahorita se la viven esperando citas, que los llamen para ser contratados en Estados Unidos. Les va bien ese tiempecito que están por allá.Nosotros no podemos competir con los sueldos que les dan y pues, obvio, la gente se va donde está mejor y el joven adonde vaya ahí la hace. Por eso ahorita tenemos muy poquitos trabajando, la mayoría son gente de 50 a 60 años.El segundo motivo que el agricultor identifica como parte del abandono del campo por las nuevas generaciones es el consumo de drogas y, no en pocos casos, que se unen a los grupos criminales, los cuales en esa zona del margen sur del lago –puerta de entrada a la sierra del Tigre, en las colindancias con Michoacán– se mantienen en permanente disputa territorial.La tercera razón que otros muchachos (los menos) tienen para no seguir la tradición campesina, es irse a estudiar para salir del pueblo ante la evidencia del sacrificio permanente que cuesta apenas sobrevivir por la falta de garantías para recuperar lo que se invierte.Yo inicié sembrando puro maíz, después cebollas, luego chiles, jitomates, cilantro, calabazas, pepinos. Y así, poquito de todo, ahí le va uno buscando más o menos, porque los tiempos y los climas de estos años, de unos cuatro o cinco para acá, han cambiado mucho, refiere Gálvez, al justificar su giro productivo hacia los berries o frutillos del bosque, agroindustria en la cual asegura existe escasez permanente de mano de obra para la pizca.Insiste en que para las siembras de temporal ese cambio climático es uno de los peores enemigos y ha puesto difícil la permanencia de la gente en el campo, porque ahorita ya no sabe uno por qué se tardan tanto las lluvias o por qué se adelantan.Los intermediariosFelipe tiene casi 30 años como agricultor, pero no necesitó tanto tiempo para darse cuenta que las grandes ganancias se las quedan los intermediarios, en perjuicio del productor y el consumidor final.Aunque quiera uno no puede hablar bien del mercado, no sólo por lo difícil de vender al precio justo, sino porque luego es bien difícil que te paguen, eso es algo de lo que más nos afecta, señala.Sugiere lograr una coordinación entre los productores; que quienes tienen las tierras se pongan de acuerdo sobre las superficies a sembrar de determinados productos, para no irse sobre uno solo y así abaratarlo, sino para mantener una producción estable con ingresos más o menos predecibles.Además, a causa de que no hay control nos dañan mucho las plagas. De por sí es costosa la producción y si los climas o las plagas te atacan, todavía nos sale más caro.Por otra parte, explica, la escasez de mano de obra en el sector ha repercutido en que haya necesidad de ofrecer mayores sueldos a los jornaleros que ayuden con las faenas propias de la siembra y cultivo, en particular el suyo, de berries, que se tienen que pizcar todos los días sin excepción de días festivos o domingos.Aunado a esa mejoría salarial, también los dueños de tierras ofrecen bonos para los trabajadores agrícolas que acudan a laborar los fines de semana, y a quienes no faltan a sus jornadas diarias o bien, al final de la pizca, para los que fueron más responsables y productivos.Si no haces esas estrategias, si no das esas ayudas, al final es peor para uno porque se te echa a perder el producto, admite.El labriego niega que pese a todos esos problemas existan muchas tierras abandonadas en la zona, por lo menos en esa área cercana al vaso lacustre o mar chapalense; las que hoy son vistas sin sembrar, indica, es porque se espera que lleguen los tiempos previos a las lluvias.

La Jornada


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