México / Martes 6 de mayo del 2025.- Hermosillo, Son. Hermosillo, una ciudad que por décadas ha sido punto de paso, los albergues lucen semivacíos. Hoy, a poco más de 100 días del arranque de la administración del presidente Donald Trump, el flujo de miles de migrantes rumbo a la frontera con Estados Unidos se ha reducido drásticamente. Aunque las cifras oficiales hablan de una caída de más de 50 por ciento, especialistas advierten que esa baja es más compleja de lo que parece.
“La disminución no necesariamente significa que los migrantes dejaron de salir de sus países. Muchos están aquí, atrapados, en espera o dispersos”, explica la doctora Gloria Ciria Valdez Correa, investigadora del Colegio de Sonora y directora del Seminario Niñez Migrante.
Valdez recorre semanalmente los espacios donde se brinda asistencia humanitaria en Hermosillo. Observa, escucha y documenta. Su experiencia de más de 17 años con niñas, niños y adolescentes migrantes le permite detectar patrones antes de que se vuelvan evidentes. Desde hace un mes, señala, el albergue de la Oficina de Atención al Migrante ha estado vacío. En Tin O’toch, otro centro de apoyo, apenas llegan uno o dos menores por semana.
Este cambio se atribuye a una combinación de factores: la intensificación de políticas antimigrantes en Estados Unidos, el endurecimiento de controles en México, y el temor creciente de las familias migrantes a ser detenidas y deportadas.
El fenómeno, sin embargo, no ha detenido del todo el movimiento. Según datos del Sistema DIF Sonora, en lo que va de 2024 han sido atendidos alrededor de 600 niñas, niños y adolescentes migrantes, tanto acompañados como no acompañados, en centros como Tin O’toch en Hermosillo, Yoemia, en Nogales y otros espacios habilitados en San Luis Río Colorado. La mayoría provienen de Centroamérica, aunque también se registran casos de otras regiones del mundo.
“Los flujos han disminuido, pero la necesidad sigue. Seguimos brindando atención en todos nuestros centros”, afirma Jorge Yeomans Rosas, procurador de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en Sonora.
Durante el año, el sistema estatal ha dado apoyo a unas 4 mil personas en contexto de movilidad, incluyendo núcleos familiares y menores no acompañados. Las autoridades esperan un repunte hacia el cierre del año, debido al incremento habitual en las deportaciones.
Nogales continúa siendo la ciudad fronteriza de Sonora con mayor número de repatriaciones, de acuerdo con registros de la Patrulla Fronteriza. Mientras tanto, Hermosillo, a pesar del descenso en el tránsito visible, sigue siendo un punto clave en la ruta migratoria: un lugar de pausa, espera o destino incierto para quienes buscan una vida mejor al norte del muro.
En este año, Sonora ha sido uno de los estados con mayor movimiento migratorio en México, no solo por su cercanía con Estados Unidos, sino también como corredor humanitario para personas provenientes de América Central, Sudamérica, África y Asia. El fenómeno migratorio en la región no ha cesado; ha cambiado de forma, se ha hecho más discreto y, en muchos casos, más riesgoso para quienes lo enfrentan.
La Jornada