Por Salvador Mateo Martínez
La escasez de medicamentos en hospitales públicos de Jalisco ha generado un fenómeno visible: la proliferación de farmacias privadas con consultorios adyacentes, especialmente en el Área Metropolitana de Guadalajara. Esta tendencia responde a la necesidad de miles de pacientes que, ante el desabasto en el sistema de salud pública, se ven obligados a comprar sus tratamientos por fuera y buscar atención médica inmediata en el sector privado.

De acuerdo con el secretario de Salud Jalisco, Héctor Raúl Pérez Gómez, el desabasto en la entidad alcanza el 80 %. Los medicamentos oncológicos y de salud mental son algunos de los más críticos, debido a retrasos en las compras y distribución por parte del Gobierno federal.
Aunque algunos sectores señalan que el problema radica en que Jalisco no se integró al sistema federal IMSS-Bienestar, la realidad es más compleja. Los propios hospitales que ya forman parte de ese esquema también enfrentan severas carencias: insumos, equipamiento, personal y hasta pagos pendientes al personal médico.

Una investigación del Observatorio Jalisco Cómo Vamos y el Tec de Monterrey reveló que los tiempos de atención son el punto más débil del sistema público federal en el estado, mientras que la atención médica, aunque mejor valorada, no compensa las largas esperas, trámites y falta de medicamentos.
Por ello, miles de jaliscienses, incluso siendo derechohabientes, optan por servicios privados. Datos del observatorio muestran que los hogares en Jalisco gastan en promedio más de 7 mil pesos al año en salud. Para muchas familias, esa cifra representa decidir entre alimentarse o atenderse médicamente.

La expansión de farmacias con consultorio no es casual. Según datos publicados por Animal Político, durante el sexenio de López Obrador se rompió récord con más de 9 mil nuevos consultorios privados adyacentes a farmacias en 2023, de los cuales más de 600 surgieron en Jalisco.
El avance del capital privado en salud no es ajeno al contexto de recortes presupuestales. México Evalúa reporta que el gasto funcional en salud en el primer trimestre de 2025 fue el más bajo desde 2010, tanto en cifras absolutas como per cápita.
Ante este panorama, crece la indignación ciudadana frente a un sistema público debilitado y una salud cada vez más privatizada. La solución, apuntan algunas voces, no pasa únicamente por un cambio de partido, sino por repensar de fondo el modelo económico que ha llevado a esta crisis.