En un gesto de solidaridad con el pueblo mexicano afectado por el huracán Otis, cientos de migrantes provenientes de países como Colombia, Venezuela y Nicaragua, varados en la ciudad fronteriza de Tapachula, lanzaron un llamado al Gobierno de México ofreciéndose para viajar a Acapulco, gravemente impactado por el desastre natural.

La iniciativa surgió durante una reunión convocada por la organización Pueblo Sin Fronteras, donde estos migrantes manifestaron su disposición a emplearse como obreros en la reconstrucción de los municipios afectados en el estado de Guerrero, donde el huracán dejó un saldo de 43 muertos y 36 desaparecidos.

Dentro de este grupo de migrantes se encuentran albañiles, maestros de obra, técnicos, soldadores, mecánicos y campesinos, todos dispuestos a ofrecer su mano de obra, esfuerzo y voluntad para contribuir en la recuperación de las zonas devastadas por el huracán.

La propuesta, surgida en medio de una intensa lluvia provocada por una depresión tropical, se convirtió en una muestra de solidaridad con el estado de Guerrero. Los migrantes llevaron a cabo una vigilia con oraciones, veladoras y mensajes de apoyo.
Para formalizar su ofrecimiento, estos migrantes realizaron un registro para ser considerados en caso de que el Gobierno mexicano acepte su traslado desde Tapachula hacia Guerrero para iniciar labores de reconstrucción.

Yuris Yosaira Pastrano, una migrante guatemalteca en Tapachula, expresó su disposición a trabajar y apoyar la reconstrucción en Acapulco, subrayando la oportunidad de ayudar mientras esperan su camino hacia Estados Unidos.
«Estamos dispuestos a hacer lo que nos pidan, construir, limpiar, cualquier tipo de ayuda», comentó la mujer, resaltando la necesidad de apoyo logístico como comida, refugio temporal y documentos por parte del Gobierno mexicano para colaborar en la reconstrucción.
Gerson Linares, otro migrante guatemalteco, también mostró su interés en sumarse al grupo de voluntarios para apoyar en Guerrero, recordando los desastres naturales en su país y la importancia de ayudar a comunidades afectadas.
«Tenemos la fuerza para ir a ayudar», comentó Linares, quien decidió momentáneamente posponer sus planes de dirigirse hacia la frontera norte para ofrecer su ayuda en Acapulco.
Estas muestras de solidaridad surgieron en un momento crucial para el estado de Guerrero, lo que muestra la disposición de estos migrantes por colaborar en la reconstrucción y la esperanza de recibir apoyo para brindar su mano de obra en esta labor humanitaria.
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