México / Miércoles 11 de junio del 2025.- Ciudad de México. Ante la intensa acumulación del sargazo sobre los mares y costas del Caribe mexicano, se deben producir prácticas ecológicas más novedosas basadas en la ciencia para explotar todas sus bondades, como la creación de productos, ya que en la última década se han aplicado estrategias para removerlo y capturarlo al ver únicamente su impacto en el turismo o medio ambiente, aseguraron expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Leticia Durand Smith, académica del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, explicó en entrevista con La Jornada que el incrementó de esta nueva población de sargazo en el Atlántico tropical se debe al incremento de la temperatura de los mares ocasionados por el calentamiento global y el incremento de nutrientes en el agua, especialmente nitrógeno y fósforo, causado por el uso de fertilizantes en el campo y la deforestación.
Cuando estas macroalgas planctónicas arriban en forma masiva a las costas, explicó, se mueren y se pudren en cuestión de días, y sus residuos forman un lodo denominado “marea marrón”, que reduce la penetración de la luz solar y los niveles de oxígeno en el agua, afectando los ecosistemas. Su presencia física también contribuye a la contaminación en las playas, que se aúna a los desechos de las zonas residenciales y complejos hoteleros, señaló.
Investigaciones de Rosa Martínez Rodríguez, académica en Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, publicadas 2023, señalan que autoridades y hoteleros de puerto Morelos, en Quintana Roo, han tratado de quitar los residuos de forma manual o con maquinaria pesada, con un costo estimado de un millón de dólares por kilómetro, resaltó Durand. apuntó que 30 por ciento del volumen que se retira es arena, y de no devolverse la erosión incrementa.
Si bien no se ha descubierto una solución eficiente, la especialista resaltó que se puede crear estos nuevos sistemas ecológicos y puede haber una adaptación a esta condición. Comentó que a nivel social y gubernamental el sargazo se ha visto sólo como una plaga invasora, y no por su condición natural, lo que ha reducido las visiones para dar con una respuesta.
La Jornada