Tequila, Jalisco. — La tarde de este martes, autoridades federales realizaron un sorpresivo operativo en el Museo Nacional del Tequila (MUNAT), en pleno centro de Tequila. El inmueble fue clausurado por la Fiscalía General de la República (FGR), sin que hasta el momento se haya emitido información oficial sobre los motivos de la intervención.
La acción generó desconcierto entre habitantes, turistas y promotores culturales, ya que el museo apenas había reabierto al público el pasado 21 de marzo de 2025, luego de permanecer cerrado desde octubre de 2024. En su momento, el cierre se justificó por presuntas obras de remodelación derivadas de los daños ocasionados por la explosión en la fábrica La Rojeña en julio de 2024.
El gobierno municipal, encabezado por Diego Rivera Navarro, anunció en ese entonces trabajos de rehabilitación estructural, eléctrica y estética, e incluso promovió la entrada gratuita y una biblioteca con cerca de cuatro mil libros como parte de las mejoras. Sin embargo, medios locales y denuncias ciudadanas apuntaron que el inmueble habría sido usado como oficina privada y presunta residencia del alcalde, sin evidencia pública de las remodelaciones.
El operativo federal se desarrolló bajo total hermetismo y concluyó con la colocación de sellos de clausura por parte de la FGR. No se ha aclarado si la intervención está relacionada con una investigación penal, alguna denuncia sobre el uso indebido del espacio, o irregularidades administrativas.
Durante la noche del mismo martes, el alcalde Diego Rivera anunció a través de redes sociales que próximamente ofrecerá una declaración oficial. Mencionó que el hecho está vinculado también con la detención de un camarógrafo de Televisa ocurrida esa misma tarde, lo que detonó el escándalo.
El MUNAT, fundado el 29 de enero de 2000, forma parte del patrimonio cultural de Tequila. Su sede es una casona de la época porfiriana que alberga piezas arqueológicas, una réplica de tahona, fotografías históricas, una sala de exposiciones temporales, auditorio, y más.
La incertidumbre persiste entre la población local ante la falta de claridad institucional y las dudas sobre el destino de los recursos públicos invertidos en el museo.
