El pueblo de Chapala conmemoró con una emotiva celebración y una multitudinaria peregrinación el 70 aniversario de la visita de la imagen de la Virgen de Zapopan, una tradición arraigada que busca bendecir el Lago de Chapala y suplicar por un buen temporal de lluvias. La jornada estuvo marcada por la fe, la devoción y el recuerdo de un milagro que, hace 45 años, trajo alivio a una de las peores sequías que ha enfrentado la región.
La misa central fue encabezada por el Cardenal de la Arquidiócesis de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, quien elevó sus plegarias para que el vital líquido regrese al lago, que actualmente se encuentra al 40% de su capacidad. El Cardenal Robles Ortega destacó los 70 años de “presencia amorosa y fraternal” de la Virgen, agradeciendo su acompañamiento y su intercesión. Enfatizó la plena confianza de la Iglesia en que el lago recuperará su nivel, así como la importancia de la paz y el bien entre los prójimos.
Esta tradición tiene sus raíces en 1955, cuando el Lago de Chapala sufría una sequía devastadora. Ante la desesperación, la comunidad organizó una procesión con la Virgen de Zapopan para implorar por la lluvia. Días después, las lluvias llegaron de manera abundante, el nivel del lago comenzó a subir, y aquel evento fue recordado desde entonces como el “Milagro del Lago de Chapala”. Tras la emotiva misa, la imagen de la Virgen fue llevada en un recorrido solemne a través del malecón, culminando frente a la imagen de Jesucristo Pescador, un acto simbólico para encomendar las lluvias. Las autoridades eclesiásticas estimaron una asistencia de aproximadamente 20,000 personas

Un elemento distintivo de esta celebración fue la imponente peregrinación motorizada, una tradición que data de varias décadas. Más de 2,500 motociclistas escoltaron a la Virgen de Zapopan desde Guadalajara hasta Chapala, creando una caravana impresionante. Integrantes de motoclubes como los ‘Apaches Guadalajara’ expresaron que, además de la devoción, esta peregrinación es una oportunidad de convivencia familiar y de amigos que se ha transmitido de generación en generación, asegurando que esta tradición debe seguir viva.
Los motociclistas se reunieron temprano y emprendieron su camino escoltados por elementos de la Policía Vial y la Secretaría de Seguridad del Estado de Jalisco, garantizando un trayecto seguro. Una vez en Chapala, colocaron sus unidades sobre el Paseo Ramón Corona, donde fueron admiradas por los asistentes, mientras aprovechaban para convivir y disfrutar de un fin de semana de relajación. Esta celebración es un testimonio de la profunda devoción y el vínculo especial que la comunidad de Chapala tiene con la Virgen de Zapopan.