Ciudad de México/ 21 de octubre de 2024. – En el mundo del narcotráfico, a veces el dicho “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” cobra más sentido que nunca. Después de un mes de intensos enfrentamientos entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos y La Mayiza, por el control del territorio en Sinaloa, los hijos del Chapo Guzmán habrían decidido poner fin a la pelea. Según el portal Illicit Investigations, Iván Archivaldo Guzmán habría buscado aliarse con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para acabar con el conflicto.
La semana pasada, Audías Flores Silva, alias “El Jardinero”, mano derecha de Nemesio Oseguera, conocido como “El Mencho”, envió a uno de sus hombres más cercanos, “El H8”, para reunirse en un rancho en Pachecos, Nayarit, con uno de los operadores de confianza del líder de Los Chapitos. Allí, las dos organizaciones acordaron una alianza que incluía apoyo de parte del CJNG, con dinero, hombres, territorio y contactos en la guerra contra el hijo de “El Mayo” Zambada, mejor conocido como “El Mayito Flaco”.
Para sellar el acuerdo con uno de los cárteles más poderosos de México, Iván Archivaldo Guzmán envió como representante a su primo Alejandro López Guzmán, conocido por su cercanía con los líderes del Cártel de Sinaloa. Él sería el encargado de negociar el pacto entre las dos facciones.
Alianza de Los Chapitos y el CJNG: Radiografía de Alejandro López Guzmán
Con tan solo 28 años, Alejandro Guzmán López, hijo del medio hermano de Griselda López Pérez (madre de Ovidio y Joaquín Guzmán López), ha logrado hacerse un nombre en el bajo mundo del narcotráfico.
Aunque es primo de dos de los líderes de Los Chapitos, Alejandro ha logrado establecer su propia organización criminal, conocida como Fuerzas Especiales Werito, con la que ejecuta operaciones clave para la facción de los hijos del Chapo Guzmán, contribuyendo significativamente a sus negocios ilícitos.
Uno de los negocios más lucrativos de Alejandro es el manejo de laboratorios de fentanilo, con sedes en Mérida y Puebla. Este negocio está a cargo de un sujeto conocido como “El 24”, quien coordina las actividades en estos laboratorios clandestinos. La operación está fuertemente protegida por un grupo armado llamado Los Parces, compuesto por ex soldados colombianos y paramilitares del Clan del Golfo.
Los Parces no sólo resguardan los laboratorios, sino que también son responsables de transportar los precursores químicos y trasladar grandes cantidades de fentanilo hacia la Ciudad de México. Desde ahí, la droga es enviada hacia Baja California para su distribución en Estados Unidos, el destino principal de esta peligrosa sustancia.
Además de sus actividades en México, Alejandro ha establecido una red financiera que opera entre dos países: Estados Unidos y México. Con doble nacionalidad, mexicana y estadounidense, ha logrado posicionarse en ambos mercados. A través de inversiones en criptomonedas, la venta de autos de lujo y la gestión de casas de empeño en ciudades como Miami y Los Ángeles. Además, maneja grandes cantidades de dinero de Los Chapitos en Estados Unidos.
Al frente de Fuerzas Especiales Werito está “El Polaco”, un ex mercenario de Blackwater, que le da un toque de profesionalismo militar a sus operaciones. A su vez, Nicolás “N” es el encargado de coordinar las operaciones aéreas, supervisando una pequeña flota de aviones que se utilizan para el envío aéreo de cocaína desde Sudamérica, una de las principales fuentes de ingreso para la organización de Guzmán López.
Alejandro Guzmán López, nacido en Concordia, Sinaloa, ha demostrado ser un jugador astuto y audaz en el mundo del narcotráfico. A pesar de su juventud, ha logrado establecer una red de negocios que lo coloca como una pieza clave dentro de Los Chapitos. Además de su trabajo en las sombras, se sabe que ha viajado a lugares tan lejanos como Dubái, lo que sugiere que su influencia trasciende las fronteras de América Latina y está comenzando a extenderse a nivel mundial.
“El Mencho” exigió una garantía antes de negociar con Los Chapitos
Antes de entrar en negociaciones con Los Chapitos, “El Mencho”, líder del CJNG, exigió una garantía para medir la seriedad de la facción de los Guzmán: que uno de los hijos de El Chapo se trasladara a un lugar seguro en Jalisco, bajo la protección de su gente. Según Illicit Investigations, la condición fue aceptada, y desde hace varias semanas, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, conocido como “El Alfredillo”, se encuentra viviendo en una de las propiedades de Nemesio Oseguera Cervantes.
A pesar de su nueva residencia bajo custodia del CJNG, “El Alfredillo” sigue siendo un objetivo importante para las autoridades estadounidenses. La DEA ha ofrecido una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a su captura. A sus 42 años, Jesús Alfredo sigue siendo uno de los nombres más buscados en el ámbito del narcotráfico.
Este giro en la historia de las relaciones entre “El Mencho” y Los Chapitos remonta a un incidente ocurrido en agosto de 2016, cuando Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán fueron secuestrados por hombres del CJNG en el restaurante La Leche en Puerto Vallarta.
Según el periodista Óscar Balmen, la intención inicial de “El Mencho” era asesinarlos, pero, tras la intervención del Cártel de Sinaloa, ambos fueron liberados con la condición de que nunca más volvieran a entrar en Jalisco. El medio Illicit Investigations señala que fue gracias a la mediación de “El Mayo” Zambada que los hijos de El Chapo recuperaron su libertad.