El llamado “Reloj del Apocalipsis”, un indicador simbólico diseñado en 1947 por el Bulletin of the Atomic Scientists para medir el riesgo de catástrofe global, ha alcanzado su momento más cercano a la medianoche: 90 segundos. Esta actualización, realizada en enero de 2024, marca un periodo de alta inestabilidad derivado de la intensificación de conflictos internacionales como la guerra entre Rusia y Ucrania, las amenazas nucleares, y el agravamiento del cambio climático.
El reloj no mide el tiempo real, sino que utiliza la medianoche como una metáfora del fin del mundo. Desde su creación, las manecillas han sido ajustadas en función de eventos clave, como la proliferación nuclear durante la Guerra Fría, el desarrollo de tecnologías peligrosas y los impactos medioambientales severos. Este año, el análisis por parte de expertos en política, ciencia y seguridad global ha llevado al reloj a su punto más crítico.
El objetivo del Reloj del Apocalipsis no es alarmar, sino promover la reflexión y la acción para enfrentar los desafíos globales. Alejar las manecillas depende de la cooperación internacional y las decisiones individuales y colectivas que prioricen la estabilidad y sostenibilidad planetaria
