25/10/2024, Tala Jalisco.
En México, la falta de acceso constante y seguro al agua sigue siendo un problema que afecta a millones, especialmente en comunidades rurales. Denise Soares, investigadora del Instituto Mexiano de Tecnología del Agua, señala que uno de cada tres mexicanos enfrenta este problema, debido a la combinación de factores como la pobreza, infraestructura insuficiente y una distribución inadecuada de recursos, que no siempre llega a quienes más lo necesitan.
Para abordar este reto, Soares sugiere el uso de tecnologías descentralizadas, como sistemas de captación de agua de lluvia, baños secos y biofiltros. Estas alternativas se implementan a nivel comunitario y son particularmente útiles en áreas donde la infraestructura convencional no es viable. Sin embargo, Soares destaca que para que estas soluciones sean sostenibles, es necesario que las comunidades reciban capacitación adecuada para operarlas y mantenerlas, evitando así que estas instalaciones sean abandonadas por falta de conocimiento.
La crisis del agua no solo representa un problema de acceso, sino también de salud pública. La investigadora menciona que gran parte de las camas hospitalarias en México están ocupadas por personas con enfermedades relacionadas con el agua, un problema que podría reducirse mediante mejoras en la infraestructura de saneamiento y acceso al agua potable.
Si bien existen avances en iniciativas como la captación de agua de lluvia, Soares sugiere que estas tecnologías deberían formar parte de políticas públicas inclusivas que impulsen su adopción masiva, acompañadas de educación y participación comunitaria. Según la investigadora, la solución a largo plazo requerirá un esfuerzo integral que combine tecnología con un enfoque social, logrando así una gestión sostenible y efectiva del recurso hídrico en todo el país.
