Irán acelera producción de uranio enriquecido al 60% con mayor supervisión del OIEA

El Organismo Internacional de Energía Atómica supervisará más de cerca las actividades nucleares de Irán, que aumentará significativamente su producción de uranio altamente enriquecido.


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de diciembre, Irán comenzó a alimentar nuevas centrifugadoras avanzadas en la planta subterránea de Fordo, un sitio clave para su programa nuclear. Según el OIEA, este cambio permitirá que la producción de uranio altamente enriquecido aumente a más de 34 kilogramos por mes, en comparación con los 4.7 kilogramos registrados previamente.

La decisión de Irán ha generado preocupaciones entre las potencias mundiales, ya que el uranio enriquecido al 60% está muy cerca del nivel del 90% necesario para fabricar armas nucleares. Aunque Teherán insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos, las potencias occidentales temen que este aumento en la producción pueda ser un paso hacia la construcción de un arma nuclear.

Mayor supervisión, un punto clave

El acuerdo con el OIEA busca mitigar estas preocupaciones al permitir una supervisión más estricta de las actividades nucleares de Irán. Este compromiso incluye el acceso ampliado a inspectores internacionales, quienes monitorearán de cerca las nuevas centrifugadoras y la creciente reserva de uranio enriquecido.

El aumento en la producción ocurre en un momento delicado, ya que las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear de 2015 (conocido como JCPOA, por sus siglas en inglés) se encuentran estancadas desde 2021. Dicho acuerdo limitaba el nivel de enriquecimiento de uranio de Irán al 3.67% y establecía estrictas restricciones sobre sus actividades nucleares a cambio de alivio de sanciones económicas.

Reacciones internacionales

La decisión de Irán ha generado reacciones mixtas. Mientras que países como Estados Unidos han expresado su preocupación, otras naciones, como China y Rusia, han abogado por un enfoque diplomático para abordar el tema. Por su parte, Israel, que considera a Irán una amenaza existencial, ha reiterado su postura de que no permitirá que Teherán desarrolle armas nucleares.

El aumento en la producción de uranio al 60% coloca al mundo en una encrucijada, intensificando la presión para reactivar las negociaciones diplomáticas y evitar una escalada en la región.


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