Las caravanas migrantes que han partido hacia el norte de México en los últimos meses se encuentran atrapadas en un limbo migratorio, sin poder avanzar más allá de las fronteras del país. Ninguno de los seis grupos migrantes que partieron en su travesía en busca de un futuro mejor ha logrado llegar a la Ciudad de México o continuar su recorrido hacia el norte.
Este estancamiento se debe a una combinación de factores, entre los que destacan la política de desgaste implementada por las autoridades mexicanas y la burocracia que retrasa el proceso de solicitud de refugio o documentación necesaria para su tránsito. A pesar de las amenazas constantes del presidente estadounidense Donald Trump, que insiste en endurecer la política migratoria, los migrantes se enfrentan a obstáculos cada vez más difíciles de superar.
Mientras tanto, el gobierno de México se encuentra en una posición incómoda, tratando de cumplir con las demandas estadounidenses, mientras lidia con las consecuencias humanitarias de la migración masiva. La falta de claridad en los protocolos y el escaso apoyo a los migrantes crea un ambiente de desesperanza y frustración entre quienes siguen buscando una oportunidad de llegar a los Estados Unidos.