La fotosíntesis es un proceso vital para la vida en la Tierra, que ocurre en las plantas, algas y algunas bacterias. Durante este proceso, las plantas absorben dióxido de carbono (CO₂) del aire, agua (H₂O) del suelo y, con la ayuda de la luz solar, producen glucosa (C₆H₁₂O₆), un azúcar que sirve como fuente de energía para la planta, y liberan oxígeno (O₂) al ambiente como subproducto.
Este proceso ocurre principalmente en los cloroplastos de las células vegetales, donde se encuentra la clorofila, el pigmento verde responsable de capturar la energía de la luz solar. La fotosíntesis consta de dos fases fundamentales:
- Fase luminosa: Tiene lugar en los tilacoides dentro de los cloroplastos y utiliza la luz solar para producir ATP (adenosín trifosfato) y NADPH (nicotinamida adenina dinucleótido fosfato), que son moléculas cargadas de energía.
- Fase oscura (Ciclo de Calvin): Se desarrolla en el estroma de los cloroplastos, donde el ATP y el NADPH se utilizan para convertir el dióxido de carbono (CO₂) en glucosa, la cual almacena la energía necesaria para el crecimiento de la planta.
La fotosíntesis no solo es esencial para la planta que la realiza, sino que también es crucial para los seres vivos que dependen del oxígeno para respirar y de las plantas como fuente de alimento.