El 1 de enero de 2025, una nueva caravana de migrantes, compuesta por cientos de personas, partió de Tapachula, Chiapas, en el sur de México, con la intención de llegar a Estados Unidos antes de la asunción presidencial de Donald Trump el 20 de enero.
Los migrantes, en su mayoría provenientes de Centroamérica y Venezuela, buscan mejores oportunidades de vida y huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen. La elección de viajar en caravana obedece a la búsqueda de seguridad ante los peligros que enfrentan en su travesía, como el crimen organizado y las condiciones climáticas adversas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha reforzado las medidas de seguridad en las fronteras sur y norte del país, en respuesta a las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de implementar deportaciones masivas y cerrar la frontera.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades mexicanas por contener el flujo migratorio, las caravanas continúan organizándose, reflejando la desesperación y determinación de quienes buscan alcanzar el sueño americano antes de posibles restricciones más severas.