Por Redacción
Florida, EE.UU. – El mundo del entretenimiento está de luto. Hulk Hogan, leyenda viva de la lucha libre profesional y figura clave en la transformación de la WWE en una industria multimillonaria, falleció este jueves 24 de julio a los 71 años, según informó el medio estadounidense TMZ.
De acuerdo con el reporte, los servicios de emergencia acudieron a su residencia en Florida luego de que Hogan sufriera un paro cardíaco. El exluchador fue trasladado en camilla por paramédicos, aunque no se han confirmado más detalles oficiales sobre su deceso.

Nacido como Terrence Gene Bollea el 11 de agosto de 1953 en Augusta, Georgia, Hogan no solo fue 12 veces campeón mundial de lucha libre, sino también una figura emblemática del entretenimiento en la década de los 80 y 90. Su imponente presencia física —medía más de 1.98 metros y pesaba más de 135 kilos— y su carisma lo convirtieron en un fenómeno cultural.
Apodado “el Top Banana de la lucha libre” por Sports Illustrated en 1985, Hogan fue el rostro de la llamada “Manía del Ring”, llenando estadios y popularizando frases como “Say your prayers and eat your vitamins, brother!”. Su influencia fue tal, que la revista lo comparó con Babe Ruth, señalando que “sin ‘The Hulkster’, la lucha libre no estaría donde está hoy”.
Con sus famosos “24-inch pythons” —como llamaba a sus brazos musculosos— derrotó a titanes del cuadrilátero como André el Gigante, Sgt. Slaughter y hasta compartió momentos memorables con Dwayne “The Rock” Johnson.

Hogan no solo fue una estrella del ring. También incursionó con éxito en el cine y la televisión. Debutó en la pantalla grande con Rocky III (1982), donde su actuación fue elogiada por Sylvester Stallone. Además, protagonizó más de una decena de películas y participó en programas de televisión como The Love Boat y WWE Raw, además de protagonizar su propio reality show Hogan Knows Best entre 2005 y 2007.
A lo largo de su carrera, fue inducido dos veces al Salón de la Fama de la WWE: la primera en 2005 y nuevamente en 2020 como parte de un equipo de lucha.
Detrás del personaje exuberante y del grito de guerra, Hogan mostró facetas más humanas. En una entrevista de 2005, afirmaba: “La gente cree que Hulk Hogan es solo un calvo que grita y golpea, pero también lloro viendo El Rey León y juego frisbee con mis hijos”.
Hijo de un capataz de construcción y una profesora de danza, creció en Tampa, Florida, donde desde joven mostró un talento natural para el espectáculo. Antes de ser “el Inmortal”, fue simplemente Terry, el chico que trabajaba en un banco y soñaba con algo más grande. Su camino al estrellato comenzó en 1979 bajo distintos nombres, pero fue como Hulk Hogan que se convirtió en leyenda.
Hoy, el mundo despide a un gladiador que rompió el molde, un ícono que cruzó generaciones y que llevó la lucha libre desde las arenas hasta los reflectores de Hollywood.
Descansa en paz.