El estado de Jalisco debe su nombre a tres palabras del náhuatl: xalli (arena), íxtli (cara o superficie) y la desinencia co (en), lo que se traduce como “en la superficie de arena” o “en el arenal”. Originalmente, se le conocía como “Xalisco”, utilizando la “x” inicial para representar el sonido de la “j”, ya que esta letra aún no formaba parte del alfabeto latino.
Durante varios siglos, el nombre “Xalisco” fue utilizado en mapas y crónicas, hasta que se oficializó como “Jalisco”. El 16 de junio de 1823, se declaró el Estado Libre y Soberano de Jalisco, que surgió de la antigua Nueva Galicia e Intendencia de Guadalajara.
Este contexto histórico resalta la rica herencia cultural y lingüística del estado, así como su evolución a lo largo del tiempo.