La OCDE ha propuesto una reforma en la fiscalidad del tabaco en Latinoamérica y el Caribe para reducir su consumo y sus efectos negativos en la salud pública y la economía. En su informe, la organización subraya la urgencia de incrementar los impuestos especiales sobre productos de tabaco, haciendo que el aumento se refleje en los precios finales para los consumidores. Este tipo de medida, explica la OCDE, busca desincentivar el consumo, especialmente en sectores donde el tabaco es todavía asequible.
Los costos derivados del consumo de tabaco representan hasta el 1.5% del PIB de la región, y la carga fiscal sobre estos productos, actualmente en promedio de 0.5% del PIB, cubre solo una tercera parte de los gastos médicos ocasionados por enfermedades relacionadas con el tabaco. En 2021, estas afecciones cobraron la vida de 350,000 personas en la región, y el 40% de los cánceres de vías respiratorias se atribuyen al consumo de tabaco.
Para que el aumento de impuestos tenga impacto, la OCDE recomienda una estrategia coordinada entre los ministerios de Hacienda y Sanidad de cada país. La propuesta incluye medidas como aplicar impuestos a todos los productos de tabaco y sus derivados, incluyendo los vapeadores, que representan un riesgo creciente para los jóvenes, y ajustar los impuestos anualmente a la inflación para evitar que estos productos se vuelvan más accesibles con el tiempo.
Si bien el organismo prevé que un mayor impuesto sobre el tabaco puede reducir a largo plazo los ingresos fiscales por la caída en el número de fumadores, sostiene que el beneficio en términos de ahorro en salud y costos sociales superará la disminución en la recaudación, resultando en un impacto positivo para las finanzas públicas.