El Senado de la República aprobó recientemente la Ley Federal de Derechos, que incluye un nuevo impuesto de 42 dólares para los turistas que lleguen al país a bordo de cruceros. La medida, respaldada por 80 votos a favor y 37 en contra, tiene como objetivo principal fortalecer el control migratorio y aumentar la recaudación de ingresos para el gobierno.
Este impuesto, que será aplicado a los visitantes internacionales que desembarquen en puertos mexicanos, busca reforzar la seguridad y el seguimiento de las personas que ingresan al país. El gobierno argumenta que este cobro adicional contribuirá a los esfuerzos de control migratorio y al financiamiento de proyectos turísticos, así como a la mejora de la infraestructura en los puertos.
Posibles consecuencias y preocupaciones:
Aunque el gobierno considera este impuesto como una herramienta para incrementar los ingresos fiscales, diversos actores del sector turístico y empresarial expresan su preocupación por las posibles repercusiones negativas de la medida.
- Desincentivo al turismo: Expertos señalan que el nuevo impuesto podría desincentivar la llegada de turistas por crucero, una industria que representa una fuente importante de ingresos en ciudades portuarias como Cozumel, Ensenada y Progreso.
- Impacto en la competitividad: Algunos críticos argumentan que este tipo de medidas podría afectar la competitividad de México frente a otros destinos turísticos del Caribe y América Central, donde ya existen tarifas similares o menores.
- Aumento de costos para los turistas: La suma de este nuevo impuesto a los costos de los paquetes turísticos podría hacer que México sea menos atractivo para los turistas internacionales, especialmente aquellos que eligen el crucero como una forma más económica de viajar.
- Repercusiones para los negocios locales: Las empresas que dependen del flujo de turistas cruceristas, como tiendas, restaurantes y operadores turísticos, podrían enfrentar una disminución en sus ingresos si el número de visitantes se reduce.
Argumentos a favor:
Por otro lado, los defensores de la medida resaltan que el cobro es justo considerando que los turistas, que disfrutan de las playas y los destinos turísticos sin contribuir al sistema tributario mexicano de la misma manera que los residentes, deben colaborar al financiamiento de los servicios públicos y la infraestructura que utilizan.
Próximos pasos:
El nuevo impuesto debe ser implementado en los próximos meses, y se espera que el gobierno brinde más detalles sobre cómo se aplicará y qué impacto tendrá en las tarifas de los cruceros que lleguen a México.