En el ámbito geológico, el concepto de placas tectónicas hace referencia a grandes fragmentos sólidos y rígidos de roca que conforman la litosfera, la capa más externa de la Tierra. Esta teoría, que tiene sus raíces en el griego, donde “tectónica” significa “construir”, describe cómo la superficie de nuestro planeta está estructurada en varias piezas que se desplazan unas respecto a otras.
De acuerdo con la Universidad de La Coruña, una reconocida institución académica española, la teoría de la tectónica de placas sostiene que la litosfera está dividida en más de una docena de estas placas, que interactúan entre sí a través de tres tipos principales de fronteras: convergentes, divergentes y transformantes. El estudio de estas placas ha permitido comprender fenómenos geológicos como los terremotos, volcanes y la formación de montañas.
Aunque relativamente reciente, esta teoría ha revolucionado la ciencia terrestre al integrar disciplinas como la paleontología, que estudia los fósiles y su distribución, y la sismología, que investiga los movimientos sísmicos. Además, ha proporcionado respuestas a interrogantes clave sobre la dinámica del planeta y ha explicado la ubicación de ciertos eventos sísmicos y volcánicos alrededor del mundo.
La tectónica de placas no solo ha ampliado nuestra comprensión sobre los procesos internos de la Tierra, sino que también sigue siendo un campo de investigación activo que continúa desentrañando los misterios del interior de nuestro planeta.
