Guachimontones es uno de los sitios arqueológicos más fascinantes de México, ubicado en el municipio de Teuchitlán, en el estado de Jalisco. Este complejo de ruinas prehispánicas, que perteneció a la cultura Teuchitlán, se destaca por sus estructuras circulares, algo poco común en la arquitectura mesoamericana. A tan solo 77 kilómetros de Guadalajara, Guachimontones se ha convertido en un atractivo turístico e histórico para los visitantes que desean sumergirse en la rica herencia precolombina de México.
Lo más distintivo de Guachimontones son sus “montículos circulares” o plataformas, conocidas como guachimontones, que se construyeron alrededor de una gran plaza central. Estas estructuras, construidas en diferentes niveles, reflejan una sofisticada planificación urbana. Se cree que servían como lugares ceremoniales y centros de reunión para las élites de la región, donde se realizaban rituales religiosos y actividades sociales.
El sitio está compuesto por varios montículos, siendo el más grande el Guachimón, que mide 100 metros de diámetro y 10 metros de altura. Este montículo, además de su belleza arquitectónica, está orientado hacia el solsticio de invierno, lo que demuestra el conocimiento astronómico avanzado de la cultura Teuchitlán.
Además de las estructuras circulares, en el sitio se han encontrado restos de cerámica, esculturas y objetos rituales que permiten conocer más sobre la vida cotidiana y las creencias de los antiguos habitantes de la región. Entre los hallazgos más destacados se encuentran las figuras de humanos y animales esculpidas en piedra, que sugieren un vínculo con la naturaleza y el simbolismo religioso.
El paisaje que rodea a Guachimontones, con sus montañas y vegetación característica, también añade un toque especial a la experiencia. Los visitantes pueden caminar por sus senderos, disfrutar de las vistas panorámicas y aprender más sobre la historia a través de los museos y guías locales.