En un hecho histórico, más de dos tercios de los Estados miembros de la ONU apoyaron la propuesta de la organización para establecer una moratoria en las ejecuciones, con el objetivo final de abolir la pena de muerte. La votación tuvo lugar el 17 de diciembre de 2024 durante la sesión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
Tras conocerse el resultado de la votación, Chiara Sangiorgio, experta de Amnistía Internacional sobre la pena de muerte, destacó el alcance de esta resolución:
“Esta votación supone un importante punto de inflexión para países de todo el mundo y demuestra que los Estados miembros de la ONU están cada vez más cerca de rechazar la pena de muerte como castigo legal en virtud del derecho internacional. El apoyo de los Estados a la pena capital es muy distinto ahora de cuando se adoptaron tratados internacionales que permiten su conservación”, afirmó.
El respaldo a la moratoria refleja un cambio significativo en la postura global respecto a la pena de muerte. Con 130 países a favor, esta resolución cuenta ahora con un apoyo de dos tercios de los miembros de la ONU, lo que representa un notable incremento respecto a los 104 votos a favor de 2007.
Sangiorgio subrayó que los países que votaron a favor por primera vez, como Antigua y Barbuda, Kenia, Marruecos y Zambia, dan muestra de los firmes avances hacia la abolición de la pena de muerte a nivel nacional.
“Este apoyo sin precedentes muestra que el movimiento global hacia la abolición es imparable. Las resoluciones como esta tienen un peso político y moral considerable, asegurando que el uso de este castigo cruel siga siendo examinado y cuestionado”, agregó.
La votación marca un paso importante hacia la protección de los derechos humanos, con un creciente consenso internacional en favor de rechazar la pena de muerte como una práctica compatible con el respeto de los derechos fundamentales.
