La unión de la inteligencia artificial (IA) y la sostenibilidad está abriendo nuevas oportunidades para abordar desafíos ambientales y sociales de manera más eficiente. Sin embargo, sin una ejecución adecuada, estos proyectos también pueden generar complejidades, elevados costes y un impacto negativo en el medio ambiente.
La inteligencia artificial está emergiendo como una fuerza transformadora en la lucha por la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Según un estudio publicado en la revista Nature, la IA puede facilitar el cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues esta tecnología podría convertirse en una herramienta clave para facilitar una economía circular y construir ciudades más inteligentes que utilicen sus recursos eficientemente.
La inteligencia artificial está impulsando importantes avances en todo tipo de ámbitos y sectores y en áreas como la I+D, la fabricación, la distribución o la comercialización. El de la sostenibilidad y la protección del medio ambiente no es una excepción: una nueva realidad que incluye campos como la gestión de la energía, la conservación de la biodiversidad y los océanos, la lucha contra el desperdicio alimenticio, o el monitoreo y prevención de los desastres meteorológicos y los fuegos forestales a través de alertas tempranas.
La inteligencia artificial (IA) imita la forma en la que los seres humanos aprenden. Para ello, utiliza diferentes algoritmos anteriormente diseñados para ejecutar máquinas con las mismas capacidades que el ser humano para aprender por sí mismas. Ahora, el reto es unir IA –big data, machine learning…- y medio ambiente con el objetivo de proteger el entorno y, sobre todo, fomentar un crecimiento económico que no comprometa los recursos naturales del futuro.
Información; Revista Haz