Con la reciente aprobación del Real Decreto relativo a la gestión de los residuos del tabaco con filtros, las empresas tabacaleras en España asumen nuevas responsabilidades en el reciclaje y gestión de colillas.
Este decreto establece que deberán encargarse del reciclaje de los filtros, prevenir su abandono como residuo y financiar las labores de limpieza en el entorno. Además, las compañías deberán contribuir a campañas de concienciación sobre la importancia de no tirar colillas al suelo y financiar estudios para evaluar su impacto en el medio ambiente.
Según datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, en 2021 se comercializaron cerca de 2.100 millones de cajetillas de cigarrillos con filtro en el país, junto a unos 7.500 millones de filtros para tabaco de liar. Alarmantemente, casi el 75% de estas colillas se abandonan de manera incontrolada, convirtiéndose en el residuo más común en las limpiezas organizadas por el Proyecto Libera.
Los filtros de tabaco son identificados como el residuo de plástico de un solo uso más prevalente en las playas de la UE. Contienen sustancias tóxicas como cadmio, arsénico y tolueno, que se disuelven en el agua formando microplásticos, afectando a la fauna marina y, por ende, a la cadena trófica, incluida la salud humana.
Además, en los ecosistemas terrestres, las colillas mal apagadas han sido responsables de aproximadamente el 5% de los incendios forestales en la última década, según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO).
La nueva normativa también otorga a los ayuntamientos la facultad de prohibir fumar en las playas, una medida que ya se implementa en diversas comunidades autónomas, contribuyendo así a la creación de espacios más limpios y seguros.
